Creo que de un momento a otro esa joven va a desplomarse. Camina diferente, insegura de cada paso que da. Yo me he dado cuenta y quièn camina cerca, a escasos metros de ella, tambièn.
No creo equivocarme si digo que ambos estamos pendientes de su inevitable caida. Los dos con los brazos preparados para agarrarla antes de que su debil cuerpo roce el suelo.
No, no va borracha, o tal vez si, pero no etílica.
Para nuestra sorpresa sigue caminando, arrastrando sus pies, rozàndo la suela de su sandalia con la baldosa fria y sucia.
Mirada al suelo, pelo alborotado. Hoy no se ha arreglado. Juraria que ni ha planchado ese polo que deja lucir.
- corre! Llama a una ambulancia
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