Un poco de ti.
Me mata tu mirada, ese color intenso penetra en mis pupilas y no consigue más que ruborizarme. Maldito seas. Te encanta el deporte y dormir la siesta. Odio tu colonia porque eclipsa ese olor tan tuyo, ese que ninguna firma ha podido ni podrá imitar. Ese olor narcótico me mata. Te gusta aguantar hasta el amanecer y leer novelas policíacas. Te gustan los besos detrás de la oreja y el color amarillo. Se te forma un remolino en la sien derecha cuando te enfadas y resulta tan gracioso que pierdes cualquier tipo de autoridad. Adoro nuestras tardes en el sofá. Prefieres las sudaderas sin cremallera y con capucha. Conduces serio hasta que te distraigo con una sonrisa. Tu película favorita es Seven y me encantas por ello. Cuerro marrón antes que negro, helado de vainilla y sonrisa profident. Nunca te enfadas, o al menos muy pocas veces, la paciencia es una de tus grandes virtudes. Buscas miradas cómplices. Cuando te pones un traje no hay mortal que se te resista. Te adelantas. Eres detallista, demasiado. Cuando sonríes se forman unas arrugas en las orillas de tus labios que me hacen perder la cabeza. Cuando estás nervioso o cansado te frotas el pelo y lo dejas adorablemente alborotado. Tu pecho es la mejor visco elástica que he probado jamás. Me gusta verte mordisquear el boli con nerviosismo cuando revisas las facturas. Eres más de iPhone que de Samsung. Tienes una manera curiosa de rascarte la nariz. Tu sonrisa es la más bonita del mundo. Si estás en una terraza no puedes evitar pedir una copa de Gintonic. El café solo, como los machotes. Lo niegas pero roncas y me hablas en sueños. Me cuentas secretos. El verde te sienta genial. En el cine palomitas, en casa pipas. En tu tiempo libre, libros y música. Adoras conducir sin rumbo. Eres coqueto pero nada en exceso. Te gustaría ir al rincón más escondido del planeta. Aún eres de los que usa espuma de afeitar. No te importa hacer el ridículo si es por hacer reír a alguien.
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