No soy capaz de estar sin ti.

Hola... 

Hace mucho que no te escribo, espero que me perdones. Prometí hacerlo, lo se, pero muchas veces creo que si lo hago no pararé de hacerlo nunca y permaneceré eternamente pegada a esta página infinita. Por ello intento evitar momentos como este, momentos de debilidad extrema en los que escribirte es lo único que me consuela. 

Se que cuando me pediste que te escribiese no era con este fin, pero no consigo centrarme, no consigo discernir. 

Te echo tanto de menos... 

Ha pasado mucho tiempo pero sigo sin poder dejar de recordarte cada noche y cada mañana; en cada paseo y en cada café. En todo. Todo. Lo eras todo para mi y te fuiste, me dejaste sola aquí. Sin tus besos, sin tus abrazos, sin tu sonrisa...  ¿Porqué? Sola con una vida que no tiene sentido sin ti. 

Me dejaste sola con toda esta gente a mi alrededor a la que no quiero ver, gente que me sobra. 

Me faltas tu...

No sabes lo que echo de menos tus abrazos, los necesito tanto... Ojalá la vida me brindase la oportunidad de abrazarte una vez más. Como en la peli de Ghost, te acuerdas? Pero eso sólo pasa en las pelis... En mis "estúpidas películas" como te gustaba llamarlas a ti. 

Esta casa está vacía sin ti. No soporto el silencio que has dejado. No soporto que falten tus cosas encima del sofá y tus zapatillas de estar en casa tiradas en algún rincón. 

Echo de menos nuestras conversaciones intrascendentes en el sofá. Echo de menos sentarme en la taza del bater y mirarte atontada mientras te afeitabas. Odio llegar a casa después de un día horrible de trabajo, mi jefe cada día es más capullo aunque me compadezca, y que no estés para evitar mis cabezazos contra la pared. Un día atravieso el pladur. 

No puedes creer lo malas que son las películas sin que estés a mi lado, hasta las más ñoñas, no sabes lo malos que están los sándwiches si no los preparas tú. No imaginas lo insoportables que están los vecinos ahora que no estás, yo no se dominarles, de aquello te encargabas tú. Deberías volver y poner orden. 

Es todo tan horrible sin ti..

Me da igual si es verano o invierno. Acostumbro a cerrar las persianas y no se sí llueve o brilla el sol. Se que si hiciese bueno iríamos a dar un paseo cogidos de la manos hasta el atardecer y si, en cambio, el tiempo fuese de perros nos abrazaríamos en el sofá para discutir sobre qué película ver mientras se nos echa la tarde encima entre besos y mimos. 

Vuelve por favor...

¿Sabes? Llevo puesta esa sudadera vieja que insististe en tirar hace años, me siento bien cuando me la pongo. Me protege y me arropa en los días difíciles. Hoy es un día de esos, difícil, horrible. El tiempo aún no ha conseguido llevarse el olor que aún queda de ti en ella... O tal vez es mi imaginación. 

Como echo de menos tu olor por las mañanas... 

No he vuelto a bajar al garaje, están todas tus cosas. ¿Por qué no vienes a poner orden en esa chatarrería? O ¿Por qué no vienes y te lo llevas todo? Mejor que vuelvas y te quedes, mejor te quedas a mi lado para siempre. 

Sólo quiero mirarte a los ojos y perderme... 

Cada vez que cocino espero que vengas, me abraces por detrás y prepares dos copas de vino para cenar. Nunca vienes, y ya sabes el miedo que me da cortarme un dedo mientras troceo la cebolla. Encima no tengo quien me seque las lágrimas entre risas. 

Odio no encontrarme esas notas tan graciosas en la nevera suplicando que comprase algo que se te había olvidado. Como si de un juego se tartase preferías dejarlo apuntado ahí, en vez de mandarme un mensaje, supongo que será porque en este último no podías hacer un dibujito de los que adjuntabas. Aún guardo aquella última nota "cariño. ¿Me coges unas creves? Te lo recompensaré". Debajo hay un dibujo de un niño con un ramo de flores. No sabes la cantidad de veces que la he releído. No sabes cuantas veces las llamas de mis dedos han acariciado ese trozo de papel.

Maldito sea aquel día que el destino decidió arrebatarte la vida. Mi vida se fue contigo. 

Entiendes ahora por que no soy capaz de escribirte esas historias que tanto te gustaba que leyera y retocase a las noches sin meterte de por medio. Se que me pediste que no dejara de escribir. 

Yo te pedí que jamás le separases de mi, que jamás soltarás mi mano. Sin ti me caigo. 

No soy capaz de estar sin ti. 






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