Gracias por los años que me has dado, por las cosas buenas y por las malas, gracias a ellas he madurado, he crecido y he adquirido una experiencia que espero que me sirva para este futuro prometedor. Gracias por cada sonrisa y por cada lágrima, por los días y por las noches. Gracias, sobre todo, por este último empujón.
Una vida nueva empieza, lejos de aquí, una nueva meta, una aspiración, un objetivo y un sueño a cumplir.
Pero no me voy sola, en la maleta me acompañan las ganas, la ilusión, la entereza y la fortaleza.
Hoy me toca decir adiós.
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