Nubes y claros

Esa ganas de llorar constantemente. Perder una amistad por su egoísmo.  Saludar con una sonrisa a un desconocido. Dejar que la lluvia moje tu cara. probar un sabor nuevo. Mirar su número y dudar en llamarle. Sentir un abrazo como si fuese el último. Pensar en la eternidad. Escuchar música que cambie tu estado de ánimo. Decidir. Subir al sitio más alto. Creer en lo increíble. Ordenar el armario por colores y tonalidades. Perdonar aquello. Cantar hasta dejarte el pulmón. Haber llorado durante horas y seguir sintiendo que podrías llorar eternamente. Llamar a esa persona que tienes olvidada. Ir andando al trabajo. Tener una conversación contigo mismo. Sonreír sin motivo. Dar. Una tarde poco productiva. Sufrir. Decir la verdad. Leer hasta ver borroso. Visitar aquella iglesia que siempre ha llamado tu atención. Sacarle la lengua a un niño. Encender una vela en vez de la luz. Marcarte un objetivo. Olvidar.  Ver un amanecer. Invitar a un café a una persona. Ahorrar. Meditar. Contar una confidencia personal. Crear una seña de identidad. Reír sin motivo. Vivir esa experiencia. 

Y sobre todo.... 

Bailar la Macarena una vez más. 

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