Lo típico, cinco minutos más, que se duplican y triplican en un pestañear. Y allí sigue ella, enrollada en las sábanas y dejándose embaucar por la almohada. Tiene que ir a trabajar pero desde bien pequeña lo que le ha caracterizado es la pereza. Así que podríamos decir que esta siguiendo su ritual matutino de lamento por separarse de la posición horizontal. Un sufrimiento, vamos.
Anoche se quedo hasta horas intempestivas curioseando en internet. Sabía que se hacía tarde y que le pasaría factura mañana, pero le podía el "estar a la última en lo último". Un video sobre un caso extraño, la noticia sobre el riesgo de
España y su economía, las listas de las películas más futuristas, el último hito en videoclips, la expulsión "justa o injusta" de una concursante de gran hermano, comentarios sobre ello..
Copas, cócteles y chupitos de información. Y hoy toca, como todo aquel que trasnocha, pasar la resaca. Resaca de información.
Abre un ojo, sólo uno, para mirar el reloj. En su cabeza todos rezan por que no hayan pasado más de 2 minutos, pero no. Unos cuantos muchos más, casi tantos como los que pasaron desde que decidió acostarse y tardó en dormir.
Salta de la cama y tropezando con la almohada que hace segundos abrazaba llega a la cocina y enchufa la cafetera.
Bendita sea ella entre todos los entes del mundo mundial. No cree que pudiese vivir sin ella. Muchas veces le hablaba, como si de un camarero se tratase. Y hoy no iba a ser menos.
- me he pasado de la hora, una vez más llego tarde JODER!
- No es nuevo. Qué vas a tomar?
- Estás de broma? Tantos años sirviéndome el café y de verdad preguntas? Pues lo de siempre.
- Marchando una taza de malas decisiones!
- Perdón? Maldita cafetera! Ya está chocheando! Igual hay que cambiarla por una nespreso EJEM!
La cafetera no le contestó esta vez. Y ella sonrió.
Ojalá nadie le quitase aquellos momentos.
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