Es así

Ya he deshecho malamente las maletas. He colocado lo primordial en los armarios y lo vital en el baño. Me he dado una ducha porque el viaje ha sido largo y me he puesto el vestido blanco que me regaló aquel aniversario. Es muy de verano, fresco, suave, vaporoso... 

En el hotel encantadores, han tenido la cortesía de obsequiarme con una botella de vino blanco de la tierra y un par de copas. Adoro esos pequeños detalles, son como un abrazo. 

Tal vez en otro momento de mi vida hubiese tirado a la basura la copa de mi acompañante pero no, ya no soy así. 

Me he acercado al pequeño balcón que pedí expresamente que tuviera vistas y una mesa con unas sillas. El viento mueve las cortinas como si de la vela de un barco se tratara y recuerdo a Sorolla, solo él sabe jugar con las luces y las sombras de los telares de la mar. 

Fuera, efectivamente está la mesa con la dos sillitas acomodadas con unos cojines de un impoluto blanco.  

Acerco la bandeja cortesía del hotel hacía la terraza, lugar que creo que será donde pase un gran porcentaje del tiempo que esté aquí.  Cojo las dos copas y las lleno. 

El espectáculo está a punto de comenzar. La brisa del Mediterráneo juega con los mechones de mi pelo suelto y acaricia a falta de tus manos mis brazos. El olor del mar se mezcla con el del jazmín y la buganbilla y me arrastra a cerrar los ojos e inspirarlo para inmortalizarlo pero no por mucho tiempo que el sol está bañando de rojo todo el horizonte y es algo que llevo esperando toda mi vida. 

Cojo la copa de vino, la huelo, no por ser una erudita en ello sino porque quiero retener cada instante con todos mis sentidos de ese momento con el que tantas veces he soñado.

Miro la silla vacía y sonrió levemente, como quien recuerda algo con cariño. Junto mi copa a la otra, las hago sonar con la intención de brindar y pruebo el jugo de uva. 
Bajo la mirada y entonces me doy cuenta de aquello que leí no hace mucho. 

Que es así es como sabes que quieres a alguien. Cuando no puedes vivir algo sin desear que la otra persona estuviese ahí para verlo también.

Y ojalá estuvieras aquí conmigo para ver cómo el sol cae sobre Positano. 

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