llamadme ilusa

Me di media vuelta y cabizbaja caminé bajo la lluvia. No me importaba, ¿qué más daba un chaparrón más? 

Miraba cómo mis zapatillas empezaban a mojarse pero no tenía claro si era la lluvia o mis lágrimas las culpables de aquellos goterones. 

"Me voy...".

Me iba pensando en que me llevaba todo el amor del mundo conmigo y la tristeza de no ser feliz. No sin él. 

Me iba pensando en cada recuerdo, en cada instante, en cada sueño roto, en cada plan fallido, en cada error... 

Me fui muy despacio y llamadme ilusa pero tenía la esperanza de que él apareciera (como en las pelis, como en las historias de mi blog y en las de mi cabeza) corriendo por detrás, me agarrara del brazo, me girara y me abrazara como él solo sabe hacerlo.  

No me giré en ningún momento para ver si estaba, tampoco para mirar hacia aquella ventana. Giré hacia el portal y pensé que eran los últimos metros de esperanza, quise en contraposición de quién corre una maratón, ralentizar mi llegada a la meta. 

Llegué al portal. Ahí todo habría acabado. Entonces si miré detrás de mí pero... 

Llamadme ilusa porque no lo hizo. 

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