Cosas verdes

Miraba por la ventana del coche, tranquila, sosegada. Fuera, la gente disfrutaba de un día espectacular, de un paseo bajo el atardecer de los que a ella le enamoraban. 

El sol aportaba sus últimos, pero intensos, rayos de sol para hacer de aquel memonto, algo inimaginable. 

Ella cambió el rumbo de su mirada, estaba tan guapo concentrado en la carretera. 

Aprovechando un semáforo en rojo, él no dudó un segundo en responder a esos ojos curiosos que desde hace un rato se habían clavado en su cara y la miró. No pudo, no pudo más que sonreír. Respiró hondo y ... 

- Sabes una cosa? 

- Dime. Dijo ella sin dejar de sonreír mientras esperaba espectante. 

- No puedo ver nada verde sin acordarme de ti.

- Porqué? Dijo ella, cuando menos, estrañada. 

- Por tus ojos. Son los más increíbles que he visto jamás. 


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