Un gran día

Toco el cielo con las yemas de mis dedos porque tu me elevas... Sueño despierta porque tu eres el protagonista... Miro más allá porque tu estás allí, consigo leer entre líneas porque por ahí está tu nombre...

Suena el despertador... y ahí estás, frotándote la barba de tres días que tan bien te queda. Con los ojos bien cerrados, haciendo esfuerzos por no abrirlos, y refunfuñando. No hace falta que me digas nada, se que hoy te va a costar levantarte más de lo debido, y por eso te abrazo fuerte y te cubro de besos matutinos llenos de fuerza para afrontar el día que se nos viene encima. Es lunes y ayer a pesar de los propósitos y las buenas intenciones nos quedamos hasta tarde hablando. Mereció la pena verdad cariño? Eres incapaz de contestar, las fuerzas escatiman, la resaca de la conversación de anoche te está jugando una mala pasada, y la luz que entra por el balcón te mantiene con los ojos cerrados. Pero no los abras... estás tan mono.

Se escuchan unos pasos, pequeñitos. Sonríes, sonrío y es el crujir de la puerta lo único que te hace abrir los ojos, ya lo sabía, aquella cosa puede conmigo y con todo. En la puerta, levemente abierta se asoma una pequeña cabeza... Esa personita sonríe y no vacila en su carrera hasta la cama en la que aterriza con un salto.

Hoy va a ser un gran día.

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