Un colacao a tiempo...

El fío, protagonista indudable, les obligó a refugiarse en aquella encantadora tetería del barrio. Èsta, resultaba desde hace meses un punto de reunión para cuando la ocasión requerìa lamentarse sobre cualquier cosa. Para arreglar el mundo o celebrar cosas ya habían determinado otros sitios. En esta ocasión tocaba una bebida caliente y un pañuelo cerca. Puede que fuese por aquel papel que decoraba las paredes del local, o por aquellas maravillosas vajillas, puede que les gustase por el jugoso brownie y la dulce tarta de manzana o simplemente porque el sitio abrigaba tiernamente a quienes allí entraban, pero allí las penas se pasaban mucho mejor.

- Me hubiese encantado ser mèdico. El hecho de salvar vidas, de ayudar a la gente, me parece tremendamente enriquecedor.

- No olvides que tambièn tiene su parte mala. Hay a muchas personas que no se las puede salvar..

- Ya

- Cres que serías capaz de salir de quirofano y decirle a una mujer que su marido ha muerto o a unos niños que se han quedado huèrfanos?

- No

- Pues en mèdicina es ley de vida.

- Tienes razón. No podría ser mèdico. Sigo buscando, a diario, mi verdadera vocación. Esa cosa que me haga especial, que me haga marcar la diferencia entre lo demàs.

- Considero que ya tienes un don.

- Ah si? Primera noticia. Cuenta, cuenta. Me interesa.

- Hablo en serio

- Perdón, pero estoy sorprendida

- Tu, querida amiga, tienes un don que ojalà fuese màs habitual. Sabes llegar al corazón de las personas.

- Perdón?

- Sí, he visto como miras a las personas. Como hablas con ellas. Como consigues que sonrian. Te he visto mirar y sonreir a un niño y conseguir que acabe en tus brazos en vez de en los de su madre.

- Pero eso mucha gente...

- Dejame terminar. He visto a gente llorar con lo que escribes. A gente desear esas historias. Tu, tu mirada, tu sonrisa y sobre todo tus palabras llegan al corazón de las personas. Eres especial. Y no deberías cambiar nunca.

- No se què decir. Creo que me estas sobrevalorando. Escribo lo que siento o lo que sueño con sentir...

-No! en absoluto, veràs. Las personas por suerte o por desgracia debemos pasar por situaciones difíciles en esta vida. A ti, cariño, te ha tocado un poco de dureza en todo. Pero...sabes que es lo mejor?

-que..

- A pesar de todo, tu sigues siendo la misma. Tu esencia. Sigues siendo las cosquillas de todos nosotros. Sigues teniendo los mismos sueños que el primer día, la misma ilusión. Sigues siendo la misma que conocí hace años a pesar de las heridas y cicatrices. Y no debes de dejar de serlo nunca. Por mucho que te digan o hagan...

- Igual me luciría màs el pelo si fuese un poco mas dura.

-Si, pero ya no serías tu. Por què íbamos a carecer de tu sonrisa quienes de verdad la merecemos y sabemos valorarla?

- visto asì....

- visto porras! Muchos moriríamos sin tu debilidad por los atardeceres, por los libros y películas romànticas. La vida sería un infierno sin leer tus historias. Yo haría lo que hiciese falta por tus sonrisas... Eres màgica, capaz de hacer sonreir al triste, de ablandar al duro y de enamorar a cualquiera...

Rodeó el precioso tazón de lunares con sus manos, buscando el calor que èste desprendía. Y con un leve movimiento bebió de aquel recipiente sin saber què decir ni hacer. 

Gracias.

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