Click

No es la primera vez que escucho que las cabezas de las personas hacen "click". Sí,  click, como los interruptores al presionarlos. Un click a partir del cual todo cambia. Es cuestión de un ínfimo instante. Éste puede que sea para bien o para mal,  puede que tu cabeza haga click por un motivo u otro. No se sabe y no se controla.

Aun dudo, y mucho, que el caso que tengo en mente fuese para mal a pesar de lo que dice alguno que otro.
Os pongo en canción.

                                   ...

El verano rozaba su fin, los días habían dejado de ser sumamente calurosos para dejar paso a alguna gota de agua esporàdica. A pesar de ello las hojas de los àrboles aún lucìan ese verde àcido que tanto la enamoraba. Desde aquel cuarto de paredes azules como el cielo, una joven miraba con tristeza atravès del cristal de la ventana. "Quièn pudiese estar dentro de su cabeza", cantaba un pàjaro posado en la barandilla. Sabia ave de raza común y mente inteligente. Son muchos quienes hubiesen pagado por saber què torbellino de pensamientos circulaba por aquella cabeza.

Ella, apartó la vista del brillante paisaje para rozar sus dedos por aquella caja de cartón, caja llena de recuerdos. Un rectàngulo de grueso papel rebosando ingenuidad e inocencia. Donde antes alguien guardó unos zapatos ahora ella guardaba recuerdos de su pasado que habían llenado sus sonrisas de felicidad.

Tal vez fue aquel su click. Su instante. Tal vez a raiz de aquello todo cambió.
Abrir aquel cofre fue su click, sí, desde aquì estoy segura de ello. Una vez pasado el tiempo no me queda ninguna duda. Aquella caja le hizo ver que no era tan feliz como creía, como instaba en demostrar. Que aquello que ahora vivía no era real, no era como debía ser. Aquella caja le demostró que no era felicidad lo que sentía.

Ella...

Soñó con dejarse caer al vacio creyendo que èl la sujetaría entre sus brazos. Y lo hizo hasta que un par de desaciertos y malas gestiones se apoderaron del dulce momento que le tocaba vivir. Sufrio por ello, doy fe. Pero no le quedo màs remedio que barajar dos opciones: tirar la toalla o luchar.

La conozco desde hace años y puedo jurar que es de las personas màs cabezotas y tenaces del planeta. Consigue lo que se propone. Pero esta vez jugaba con un punto importante a su favor... Lo hizo por  amor. Cuando esta palabreja se cruza en nuestras vidas todo es màs fàcil y para ella lo fue. Lucho por èl, lucho por ella, pero sobre todo por ellos.

Durante días, meses, años... Había puesto todo su empeño por conseguir momentos como aquellos que albergaba su caja de zapatos.  Incluso mejores. Había jurado volver a sonreir como antaño, a mirar con inocencia e incredulidad a aquella persona. Se había prometido rozar el cielo y acariciar la luna. Asique se armó de ilusión y fuerza y luchó por solventar aquellos errores que creyó insignificantes. 

"Puedo conseguirlo, es cuestión de esfuerzo y ganas", solía decirme ella desde el otro lado de la mesa. Con todo el dolor de mi corazón varías veces me sentì obligada a recordarle que "el amor no funciona así"

Una casa necesita cimientos y pilares",solían replicarle. No fue ella quien decidió construir sobre barrizal o marismas. No fue ella quien creyó que sin cimientos aquello no se levantaría. Es màs una vez iniciada y casi finalizada la obra se dedicó a colocar puntales a cada centimetro vistas las fisuras irreparables de aquella edificación.
Puedo juraros que a ella le sobraban las ganas y nunca se rindió.

Lloró aquèl día. Como hacía tiempo que no lloraba. Làgrimas de hiel provocadas por aquel "click". Provocadas por ese momento en el que un halo de lucidez te dice que no. Que no va bien. Que no es lo que pensabas. Que los puntales no le sirvieron de nada. Que a pesar de los pesares...

Doy fe de que luchó hasta el final.  Exprimió al maximo hasta el último jugo de fuerza. Jugó con todas sus cartas por volver a sonreir y vendió su alma al diablo por volver a ser feliz. Pero perdió. Mermo su sonrisa y su alegria. Y lo peor de todo es que dejó de ser ella. Aquella chica risueña y encntadora, donante de sonrisas...

                     ...

Ayer mientras finiquitaba unos recados me encontrè con una cara familiar. Me acerquè. Era ella. Sin dudarlo fuimos a tomar un cafè "urgente". Hablamos, cotilleamos, pusimos el mundo en orden. A alguna persona tambièn. Y de golpe, sin haberme percatado con anterioridad, me di cuenta de que la cabeza de mi fiel e incondicional amiga había vuelto a hacer click.

Un click diferente. Un click de optimismo. Un click empapelado de una sonrisa de oreja a oreja.

Volvía a ser ella, feliz, risueña, encantadora, fuerte...

Hoy utilizo mi actulización para felicitar a mi amiga. Para desearle lo mejor en su nuevo proyecto en la vida y que su click dure eternamente.

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