19 de marzo.



Lo primero. Felicidades, Papá. Además por partida doble. Gracias por todo. Gracias por estar. Gracias por ser. Por estar a mi lado en el que seguramente sea el momento más duro de mi vida y llorar conmigo, gritarme "fuerza" y ser incondicional a mis días. No somos perfectos, ni tu ni yo, pero con estos momentos es con los que te das cuenta que nos tenemos el uno al otro (por supuesto también a Mamá, Javi Rocio y Borja) y eso nunca va a cambiar.

Lo segundo. Felicidades a todos los padres del mundo. Sobre todo a los que tengo cerca, a mi hermano, a mi cuñado, a quien se portó como un padre durante años, a mis amigos... Y también para aquellos que no son padres pero desean serlo.

Os envidio. Hoy veo vuestras fotos en Facebook y demás redes sociales con vuestros preciosos hijos y se me saltan las lágrimas. Ser padre es lo más grande que le puede pasar a una persona. Disfrutad de ello porque es el mejor regalo que te da la vida.

Hoy es día especial, para los que somos hijos y tenemos que agradecer a nuestros padres, para los que son padres y deben agradecer el regalo que es serlo, para las mujeres que tienen a su lado el mejor padre para sus hijos, para quienes estamos orgullosos de esos hombres que no dejan de ser padres a pesar de las adversidades...

Creo que no hace falta conocerme mucho para saber que tengo adoración por los niños, que toda mi vida he soñado con ser madre y que cuando más cerca estaba de ello todo se esfumó. Todos sabéis que ha sido y está siendo duro. Y es en días como hoy cuando se sufre un poquito más.

Yo soy así, ya lo sabéis, intensa. Intensamente asquerosa.

Tengo una carpeta en Pinterest que se llama "Daddy" y recopilo imágenes de padres con sus hijos que me parecen sumamente tiernas. Tanto que las miro y me hacen llorar, tanto que me imagino a otros protagonistas en esa instantánea.

Me quedo atontada cuando veo a un padre coger en brazos a su hijo y le muestra cariño. Suspiro cuando veo cómo le enseña a andar, a montar en bicicleta o le advierte de algo.

Una de mis frases favoritas es de Gabriel García Márquez y reza que "Cuando un recién nacido aprieta con su pequeño puño, por primera vez, el dedo de su padre, lo tiene atrapado para siempre". Y qué razón...

Una de mis esculturas favoritas es de Lorenzo Quinn, en la que talla unas manos de unos padres y la de un hijo. La vida es eso. Al menos para mi.

Tengo bloqueados los nombres de mis hijos desde hace muchos años y sueño con Lucía, con Gonzalo. Hoy me pregunto dónde están.

Hace no mucho, se me saltaban las lágrimas imaginando ese momento en el que ves cómo la persona a la que quieres coge en brazos a vuestro hijo por primera vez. (Escribo esto y lloro). Es una imagen, un momento, con el que siempre he soñado.

Supongo que cada uno tiene sus sueños y aspiraciones en la vida. De esto ya he hablado. Hay gente que sueña con correr la maratón en su mejor marca, otros con un puesto de trabajo de directivo en JP Morgan o alguna multinacional de renombre, otros quieren tener un cochazo o un piso propio. Todo es lícito y valido. Cada uño pelea por sus sueños. Y mis sueños eran ese puñado de cosas: Encontrar el amor, casarme, ser mami y vivir una vida feliz. Por suerte o por desgracia (yo defiendo lo segundo) mis planes no han salido como esperaba. Jamás hubiese firmado tener 31 años y estar a puertas de un divorcio. Siempre quise ser madre joven y envejecer junto a él. Repito, cada uno tiene sus sueños, yo no juzgo los tuyos. No lo hagas tu.

Este es el mio y hoy, 19 de marzo, día del padre, querría poder celebrarlo.

Tal vez, y seguro que mi madre viene a reprenderme, no debería escribir esto. Pero lo de siempre, este es mi blog, mi espacio personal y escribo lo que quiero, cuando quiero y como quiero. Si no te gusta o crees que me equivoco, ahí arriba a la derecha tienes la X bien grande.








No hay comentarios:

Publicar un comentario