Soy

Yo no soy de celebrar el día de San Valentín a pesar de lo que podáis pensar. Soy de las que cree, como muchos, que el amor se demuestra todos los días. Pero, ojo, todos los días. Y esto lo digo porque no vale renegar de las rosas y las cajas de bombones el día 14 de febrero y decir que eso hay que evidenciarlo a diario pero no hacerlo. 

Yo tengo aquí mi regalo para ti. Y es tan solo un poco de mi. Quien soy, una lista de las cosas que me gustan y las que no. Un viaje por mi cabeza, mi corazón y mi día a día. Solo espero que te guste, que disfrutes y que comprendas y conozcas un poquito más de mi. 


Soy mimosa, muy mimosa. Me encanta el olor que emanan los libros, los viejos. No me gusta nada el invierno, el frío y la lluvia. Me gustan y aterran los aeropuertos, es extraño. Me gustan los desayunos a media mañana, que sean largos, que casi se junten con la comida. Soy de las que llora con pequeñas cosas, muy simples, como con un atardecer o la sonrisa de una de mis sobrinas. Me gustan los abrazos, los sinceros, los que trasmiten, los que salvan, los que arreglan. No me gustan las promesas que no se cumplen. Me gustan los hechos. Creo firmemente, a pesar de las heridas, en el amor. Me gustan las sobremesas eternas. No me gustan las discusiones pero sí las conversaciones con diferentes puntos de vista. Me gustan las llamadas y mensajes que no esperas. Me encanta leer y toparme con frases que no puedo dejar de subrayarlas y apuntarlas en un cuaderno. Más de una vez he deseado que algún personaje de mis libros saliera a mi vida. Me gustan las colonias que hacen que te gires en la calle, sobre todo las de hombre.  No me gusta la hipocresía. Odio a la gente maleable y veleta. Me encantan los chistes malos, me encanta la gente que me hace reír. Disfruto con las cosas pequeñas. Me encantan los detalles. La amabilidad y la bondad juegan en mi equipo. Me fijo en las manos de la gente. Adoro los días de playa. Me encanta la lealtad, la que cada día escasea más. Me vuelve loca la música de los 60. (Los 60 fueron mis años, soy alma de guateque). Me gustan las agendas aunque luego nunca escribo nada. Me gustan los días con luz. No, necesito los días con luz. Odio la degeneración de la persona. He aprendido a estrechar mi relación con las noches en vela.  Odio sentir a la gente que quiero lejos. No me gusta defraudar a la gente. Soy maniática de la limpieza. Me encanta escuchar historias y hazañas de las personas. Admiro el voluntariado. Creo firmemente en que las personas no cambian, pero mejoran. Me encanta leer fragmentos que pienso que han robado de mi cabeza. Me gusta el olor de los periódicos. Me encanta el plan de quedar a desayunar, es una tontería pero me encanta. Me gusta debatir sobre ideas pero odio la falta de respeto o
la intolerancia en éstas. Me gustan las personas que aportan. Me gusta poner la música a todo volumen y bailar y cantar por la casa. Me cuesta mucho tomar decisiones. Me gusta la gente que tiene claro lo que quiere. No tengo paciencia. Lloro demasiado. Me gusta la nobleza como virtud en quien conozco. Soy romántica, clásica e intensa. Me encanta la gente con imaginación, la mía llega a límites insospechados. Soy transparente. Me encanta la horchata en verano y las castañas en invierno. El gazpacho con calor y la sopa de pescado con frío. Me gustan los sitios con mar pero también los pueblos de interior románticos. Me encanta el arte, sobre todo el impresionismo, concretamente Sorolla. Me gusta preguntar pero sobre todo observar. Soy muy mala enferma pero una excelente enfermera. Me encanta el olor a café recién hecho. Me gusta tumbarme en la cama mirando al techo, dejar que la música suene y soñar despierta. Me gusta escuchar historias de amor y comprobar que en muchos casos la realidad supera a la ficción. Me encanta la fotografía, hacerla y verla. Adoro las caricias que no ves venir.  Me gusta que suene esa vieja canción que me transporta a un recuerdo. Me gusta enfrascarme en los artículos de opinión. Mi familia es lo primero. Me gusta bailar. Me gusta el caballero que te cede el paso en una puerta. Aunque mi manera de ser sea un arma de doble filo, me alegro de que ninguna persona haya alterado mi esencia. Me gusta vino blanco afrutado. El vino tinto, sospechosamente, me provoca reacción. Me gusta la sensación del sol en la cara y odio el de la lluvia en los brazos.

Pero lo que más me gusta es el brillo de tus ojos después de leer esto. 

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