Esa canción

Volver a escuchar esa canción y sentir tanto, o más, como aquel día. Sentir que no ha pasado el tiempo y que tan sólo fue ayer cuando la escuchamos por última vez. 

Sentir... Una parada de corazòn, un nudo en la garganta, una sonrisa furtiva, la piel erizada y una lágrima desertora que no teme asomarse ante decenas de personas. Maldita sea. 

¿Cambio de canción o sigo adelante con este sentimiento a traición? 

Continúa, son sólo unos minutos. 

Irremediablemente echo la vista atrás y te veo frente a mi, sonriendo, tarareando la  canción y sonrio. Sonrio por tu felicidad que acompaña, sin duda, a la mía. Sonrio, también, porque desafinas. 

Sigo recordando... Nadie era capaz de separarme de tus brazos. Nadie consiguió que dejase de mirarte así.

Atardeceres en una toalla compartida. Sin pronunciar palabra, tan solo mirarnos fijamente y dejar que las letras de las canciones hablasen por nosotros... 

Tus dedos juegan a acariciar me la espalda escribiendo tus sentimientos. Crees que no me entero de este "te quiero" pero lo que no sabes es que puedo sentir el palpitar de tu corazòn en tus manos. Me encantaba. 

Veranos sin fin. Sin una sola preocupación. Jóvenes enamorados. Inocencia extrema.  Disfrutábamos de los rayos del sol como si fuesen los últimos de nuestras vidas. 


Hoy, sin buscarlo, vuelve esa canción a mis oídos. Pero ya se ha acabado y con ella sus recuerdos. 



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