Roscòn

Todos quien bien me conocen saben que soy una incondicional de estas fechas... No se sí son las luces, los villancicos, tal vez el turrón o las comilonas con eternas sobremesas...

Pero hay algo en estas fechas que hace que me derrita: el roscón de reyes. Con nata, gracias.

Siempre me ha gustado horrores, pero sobre todo desde hace unas pocas Navidades, que ha adquirido un valor especial gracias a mi madre. La mejor.

- hija, a que hora llegas el día de reyes?
- no puedo ir mamá, trabajo hasta tarde y el domingo no hay autobús.
- ay cariño, y tu roscón?
- este año sin roscón, vendrán años mejores...

Se me saltan las lágrimas tan sólo al escribirlo.

Ella no lee mi blog frecuentemente, sólo cuando saca un hueco de su apretada agenda, pero desde aquí quiero agradecerle aquel roscón tan especial de la misma manera que le agradezco cada milésima de segundo que nos ha dedicado.

Desde aquí tomaré el roscón como si estuvieses a mi lado.

Te quiero

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