Definición de felicidad



Es domingo, nueve y media o diez de la mañana. Me despierto con el olor de tu pelo. Abro los ojos y te encuentro a mi lado, cuando tomo consciencia me doy cuenta de que estoy en casa, en la cama en la que apenas llevo unas semanas durmiendo... pero por primera vez no estoy solo; tengo un ángel a mi lado.

Gasto unos minutos simplemente para verte dormir, hasta que, suavemente, empiezo a acariciar tu piel, mis besos comienzan a avanzar desde tu brazo, por tu hombro, tu espalda y hasta tu cuello mientras vas abriendo los ojos despacito, sin prisa y mientras te das cuenta de lo que sucede, me regalas una de tus sonrisas asesinas, para que mi día no pueda empezar mejor. Entonces te beso. Un beso intenso, pero tierno, que te corta la respiración durante un instante pero enseguida deja paso a un suspiro de felicidad. Lo siguiente son abrazos, más besos, risas y retozar un buen rato, dando vueltas en la cama... inseparables. Mientras ocurre todo eso, en mi cabeza o quizá en el ambiente, de fondo, suena algo así como Destiny, de Zero 7, mientras hace ya mucho que el tiempo se ha detenido para los dos. 

Es domingo por la mañana y tenemos todo el día por delante para estar juntos y hacer lo que más nos apetezca, lo que nos salga hacer. Es lo de menos, lo que importa es que lo haremos juntos, hagamos de todo o no hagamos absolutamente nada. Anoche cogiste el autobús al salir de trabajar, te fui a buscar, pasamos a por algo de cenar o lo pedimos, ya no me acuerdo, fuimos a casa, te diste una ducha y te pusiste el pijama mientras yo preparaba todo para cenar y cuando acabamos de comer, nos tiramos en el sofá y después de un buen rato hablando y haciendo el tonto, pusimos una peli... Desde entonces lo único que recuerdo es que no nos separamos hasta que esta mañana he abierto los ojos y te he visto a mi lado.

Mi definición de felicidad no es muy elaborada, no requiere mucho; de hecho, sólo hace falta que estés tú. Todo lo demás viene solo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario